María de las Mercedes Beltrán Santa Cruz y Montalvo, quien firmaba como Condesa de Merlin, perteneció a la nobleza y la élite cubana. Cuando ella nació sus padre tenía alrededor de 20, y su madre, 18. Poco después ambos se marcharon a Europa a servir en las cortes, y ella quedó bajo el cuidado de su bisabuela, primero, y luego, de las monjas del convento de la Orden de Santa Clara. En 1802 fue enviada a Madrid, en donde se reunió con su familia. Allí entró en contacto con intelectuales y artistas. Su padre falleció en 1807. Tras la invasión francesa, quedó como aliada del bando francés. En 1809 (algunas fuentes consignan 1810) se casó con Christophe-Antoine Merlin, tomando el título de Condesa de Merlin. En 1812 falleció su madre, y ese mismo año ella, con una hija pequeña, tuvo que huir junto con las tropas francesas que abandonaron España. Se instaló en París con su familia, en donde mantuvo un concurrido salón literario y político. La Condesa se hizo célebre también como cantante. Enviudó en 1839, y al año siguiente hizo un viaje a su tierra natal y a los Estados Unidos. Volvió a Francia, en donde vivió sus últimos años viendo mermar su fortuna y su suerte. Se dice que murió empobrecida y en el olvido de quienes durante décadas la habían celebrado.
En el ámbito literario es considerada una de las precursoras más importantes de la literatura escrita por mujeres. Escribió en francés. Su primera obra, publicada en París en 1831, se titula Mes douze premiéres années y trata sobre su infancia en Cuba antes de mudarse a España. Su producción la integran autobiografías, cartas, sus memorias y su libro de viajes. Su otra obra más famosa es La Havane, de 1844, cuya versión española salió ese mismo año prologada por Gertrudis Gómez de Avellaneda.